La libertad busca fugarse de esta prisión
en la que encerrada lleva tiempo sin medida.
Una guerra que termina en revolución.
Un combate que me sabe a despedida.
La poesía quiere fluir,
expandirse en el papel,
su influencia difundir.
Buscar un sentimiento que escribir,
más allá de putas con sabor a miel,
o de máquinas que escupan fuel.
Gastar tiempo es mi actitud,
simplemente mi virtud.
Ver como se derrite la paciencia.
Conocer al mercenario,
que a golpe de talonario
va a matar su inocencia.
El tabaco no me sigue,
ha perdido mi rastro.
Y todo aquel que lo elige,
escapará de milagro.
Que los vicios se pagan,
que nadie regala nada.
Solo una pistola,
y un papel en Perdidos.
Solitario en las olas,
en un mar malherido.
Que la siento muy lejos,
que se me escapa la suerte.
Que la nobleza me engaña,
y gestiona mi muerte.
Que un reto es un reto,
pero los vicios son persas.
Estos dedos no firman vetos
y mi Afrodita es perversa.
Que un hombre es polvo,
y su alma es el viento.
No respondo de mí,
pero siempre estoy solo,
y siento que es el momento
de celebrar que viví;
que supere los lamentos,
de los que no creyeron en mí.
Que ya no hay sufrimiento,
que el dolor murió aquí.
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